Transilvania, la patria de Drácula, es también el lugar de nacimiento del escritor y pensador Emil Cioran. Esta cercanía no es, a la luz de este libro, solamente geográfica. El conde Drácula se hizo inmortal bebiendo la sangre de los demás. Cioran, con idéntica sed, coleccionó en estos retratos la sangre de duques, condes, revolucionarios, escritores, herederos y simples diletantes que dedicaron su vida a morder el cuello de los demás. Chismes convertidos por obra y gracia del estilo en tantas joyas de prosa apurada y preciosa; un ballet impúdico donde no hay protagonistas ni personajes secundarios, ni héroes ni mártires. Ninguna grandeza, y en la más vil de las bajezas aparece algo de gracia que los redime a todos. Una galería de retratos que mueven los ojos cuando el lector pasa: una escena también digna de una película de Drácula.
Cioran va más lejos que cualquier otro historiador al contar el siglo xviii solo a partir de voces de quienes lo vivieron; la historia de los grandes hombres, como querían los manuales de antes, y también de los pequeños y anónimos, como quieren los de hoy. La historia de los grandes Tocqueville, Chateaubriand, Sainte Beuve se cuenta como si fuesen pequeños figurantes, y la historia de los personajes secundarios como si no fuesen menos que los protagonistas que los decapitan o exilian. Se adelanta muchos años a la moda de los documentalistas modernos: abandona la voz en off y habla a través de este u otro testimonio, del diálogo entre los muertos, que aquí se confiesan mutuamente lo inconfesable.
ISBN: 9789568935825
Fecha Edición: 01/12/2015
Páginas: 276