Federico García Lorca II. Teatro

"El teatro es poesía que se levanta del libro y se hace humana", con estas palabras definía García Lorca su vocación por lo teatral. A través de un exhaustivo prólogo, Andrés Soria nos revela la fascinación de Federico por los títeres desde la niñez y su dimensión como uno de los dramaturgos más grandes de nuestras letras. Una mirada que entiende el teatro como escuela de llanto y risa, y no cesa de explorar en los recursos de su propia escritura para renovar la escena de su tiempo.
"El maleficio de la mariposa", los "Títeres de Cachiporra" o "La zapatera prodigiosa" serán buena muestra de su retorno a la farsa en la que mezcla lo cómico y lo trágico, poetiza el lenguaje e inserta el amor, la máscara y la muerte como asuntos clave de su universo literario. Un imaginario que se torna vanguardista en "El público" o "Así que pasen cinco años" para evolucionar, poco después, hacia las tragedias rurales de tintes míticos: del éxito de "Bodas de sangre" que ahonda en el tema clásico de la honra, al drama de la esterilidad en "Yerma" o la opresión en la más célebre de sus obras, "La casa de Bernarda Alba".