El pequeño monje budista

"Una mañana, en el patio de Daeungjeon, apareció muerto un caballo, aplastado contra las losas del suelo, el espinazo roto, la cabeza abierta... evidentemente había caído de una buena altura, y eso explicaba el ruido que poco antes del amanecer habían oído los monjes que ahora rodeaban cariacontecidos el cadáver; en la semivigilia habían creído que se derrumbaba una porción del templo.
Los monjes conocían a ese animal. Era un caballito chino importado que estaba harto de la vida y quería suicidarse. En su ignorancia de la botánica coreana, no encontró hierbas tóxicas con las que poner discretamente fin a su existencia, y tomó la decisión de lanzarse al vacío..."