La mujer de al lado

Lo terrible es la vida normal. La mujer de al lado es un cuaderno de notas acerca de esa normalidad, de un plátano sin hojas y después ya con la copa verde, de una madre y de su hija que se ha hecho madre; y es terrible su nitidez elemental, como un hueso primitivo de lo que somos. El libro tiene dos partes: en la primera, "Estados de la materia", la enfermedad de la madre, la asimetría en el deterioro del cuerpo y la mente, establecen una experiencia del límite dentro de lo cotidiano; la segunda, "Apuntes del natural", vuelve a la casa solitaria, a sus noches sin sueño y sus días de trabajo, y encuentra en una vecina la objetivación de aquello ajeno que es el íntimo yo.
De modo acorde, en la escritura de Liliana García Carril el gesto materialista del nombrar se funde peculiarmente con un efecto agudo de distancia, de irrealidad, de suspensión de la vida. Un espacio de silencio se abre ahí, espacio reflexivo y obsesivo, de preguntas y desdoblamientos, en que también habita el humor: la ironía retiene el poema en el borde de la desesperación, sin dejarle ingresar en ella, aunque se asome para ver lo que guarda. Cada palabra crece con este aire en torno, y respira, para luego fluir hacia la realidad, como si activara en ese punto de suspensión su fuerza ensordecida y cruda.